Comencé a tomar fotografías para este ensayo en el año 2011. Estaba embarazada de mi segundo hijo y me pidieron una muestra sobre “niños” para la fotogalería abierta del Paseo del Buen Pastor. Elegí centrarme en el vínculo amoroso entre padres e hijos, como un hilo-fuerza capaz de sacarnos del ego-centrismo y lanzarnos fuera de nosotros. Al infinito del amor, y más allá. 

Este registro, esta “retórica en favor de los afectos” sólo ha sido posible porque amigos y conocidos me abrieron las puertas de sus casas, de su intimidad y se avinieron con generosidad y buena voluntad a que yo ande chusmeando por sus vidas. Les agradezco la confianza y la entrega.

Han pasado más de diez años y a esas primeras fotos se sumaron otras. Para los cánones clásicos y ciertas expectativas acerca de fotografía documental estas imágenes son terriblemente noñis, bordean lo cursi. No me preocupa ese rótulo; estoy convencida que el mundo sería un lugar mucho, pero mucho más hermoso y habitable si pudiéramos hacer de la infancia y el cuidado de la vida y los afectos centro de nuestra existencia. Ergo, sigo con mis imágenes algo candorosas, aún a riesgo de no ser considerada una fotógrafa “seria, profunda y comprometida”. A lo largo de este tiempo mis fotografías de “niños”, además de ganar algún que otro premio, circularon por diversos colegios; la Fotogalería de Ciencias Económicas publicó una selección de ellas en del Día en Contra del Trabajo infantil, para recordarnos los acuerdos colectivos que hemos ratificado; fueron elegidas por la Oficina de la Mujer del Poder Judicial para promover la lactancia materna; me las han solicitado para ilustrar campañas en favor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, llevé parte de este trabajo a un hospital infantil público (Hospital Pediátrico del Niño Jesús; ex Casa Cuna) , lo dejé colgado en las paredes de sus pasillos y hasta donde sé, ahí están todavía. 

Me considero afortunada: me han llegado muchos mensajes y comentarios del tipo “tus fotos me hacen bien” y “gracias”. Sólo puedo responder que ha sido y es un placer. La agradecida soy yo. 

                                                                  CM. Córdoba, 2020.